En el ámbito asistencial de los servicios sociales y los servicios sanitarios existennormalmente cinco sujetos que entran en relación (estén físicamente presentes o no) yparticipan tanto en las decisiones como en los cuidados y atención.
La persona/s dependiente/s que entendemos es la que determina desde susvalores y modos de ser propios cuáles de las necesidades que tiene desean sercubiertas y en qué condiciones.
- La familia, allegados, y otras personas del entorno de la persona que se sientencomprometidos con ella y con su bienestar en mayor o menor medida según lasrelaciones y vínculos establecidos previamente y sus propios valores, creencias ycircunstancias personales.
- Los profesionales que entran en relación con el destinatario y sus familiares conel objetivo de desarrollar intervenciones que posibiliten su capacitaciónpersonal, su inclusión social y su protección. Para establecer cuáles son lasintervenciones adecuadas acudirán a los conocimientos y evidencias científicasen relación con cada objetivo de la intervención.
- La organización social (entidad pública o privada) que posee los recursosnecesarios para cubrir las necesidades y prestar los apoyos necesarios a laspersonas dependientes.
- La sociedad, representada en los representantes políticos y en la administraciónpública, que determinan las prestaciones y la normativa que regula los derechosde cada persona en virtud de determinados criterios éticos, legales yeconómicos.
Las obligaciones de estos actores son frecuentemente diversas: un usuario ( por ejemplouna persona con daño cerebral adquirido) tiene consigo mismo obligacionesdeterminadas desde sus valores y su código moral (autonomía) , sus familiares estaránobligados desde la afectación que genera el vínculo afectivo que comparten(beneficencia), los profesionales que le cuidan o le trata se sentirán comprometidos amejorar sus indicadores de calidad de vida (no-maleficencia y beneficencia), un gestorde un servicio sanitario o de servicios sociales procurará generar condiciones quefaciliten la recepción de las prestaciones y sus beneficios (justicia distributiva), mientrasque un responsable político estará obligado a generar las condiciones contextuales quele permitan participar en la vida social en condiciones de igualdad de oportunidades(justicia como equidad).
Que la persona se integre y lleve una vida independiente y tan normalizada como seaposible sólo depende de ella misma en una pequeña proporción: deben ser los otros losque se aproximen a esa persona, los que salven la distancia que hay entre ambos. Comorecuerdan Beauchamp y Childress (1999), muchos actos autónomos no serían posiblessin la cooperación activa de otros que permita que las opciones sean viables. Cuando lapersona dependiente no es autónoma ni lo ha sido y por tanto no ha desarrollado valorespropios no es así el “beneficio” deberá evaluarse desde criterios objetivos de calidad devida biológica, emocional y social. Así se recoge en nuestra legislación que otorga latutela y la representación en el “mayor beneficio” de la persona incapaz.
3. Atención integral en la intervención
Las personas mayores tienen necesidades especiales que cubrir. Tanto, que en ocasiones se convierten en preocupaciones. Los estudios e investigaciones que se realizan sobre el tema recogen de manera reiterada que uno de los aspectos al cual atribuyen un mayor valor es la discapacidad y dependencia. Lo consideran uno de los factores más determinantes en la mejora de la calidad de vida. Pero también les desvela la cantidad de servicios sociales prestados y su accesibilidad, la subida de las pensiones y la cuantía de éstas.
La Pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana de 1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide)
La escala de las necesidades de Maslow se describe a menudo como una pirámide que consta de cinco niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como «necesidades de déficit (primordiales); al nivel superior lo denominó «autorrealización», «motivación de crecimiento», o «necesidad de ser». “La diferencia estriba en que mientras las necesidades de déficit pueden ser satisfechas, la necesidad de ser es una fuerza impelente continua”.
Las necesidades fisiológicas nacen con la persona, el resto de las necesidades surgen con el transcurso del tiempo. Por este motivo, el comportamiento sexual o la relación alimentaria, no se incluye dentro del grupo anterior de comportamiento.
A medida que la persona logra controlar sus necesidades básicas aparecen gradualmente necesidades de orden superior originando en cierta medida las diferencias jerárquicas propias de cada individuo. No todas las personas van a sentir la necesidad de autorrealización, por ejemplo
Las necesidades más elevadas no surgen en la medida en que las más bajas van siendo satisfechas. Por ejemplo, un individuo puede tener problemas de ingresos o recursos y no por ello va a carecer de la necesidad de integración en un colectivo, como necesidad situada en una escala superior.
Por último, las necesidades básicas requieren para su satisfacción un ciclo motivador relativamente corto, en contraposición, las necesidades superiores requieren de un ciclo más largo. Obviamente, sentirse autorrealizado requiere un periodo temporal más amplio que cubrir cualquiera de las necesidades situadas en la base de la pirámide.
La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando se han satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía.
La atención integral centrada en la persona es un nuevo modelo asistencial que viene implantándose hace ya varias décadas, y esperamos que esta sea la forma de actuar en centros e instituciones tanto públicas como privadas del futuro. La esencia de este tipo de atención es el respeto a la persona, favorecer su calidad de vida y su bienestar integral.
Es un modelo asistencial “profesionalizado que busca aumentar la calidad de la atención desde dimensiones relacionadas con la calidad de vida “. “La atención centrada en la persona es un modelo de atención que busca y prioriza lacalidad de vida de las personas mayores que precisan cuidados. Plantea una atención desde la profesionalidad y el conocimiento técnico, pero poniendo en el centro de la planificación de los cuidados a la persona usuaria de los servicios. Partiendo de sus necesidades, pero, sobre todo, garantizando sus derechos y respetando sus preferencias y sus deseos en la atención y en la vida cotidiana”.
Cuando una persona mayor ingresa en una residencia (ya sea en ámbito urbano o rural), se producen una serie de procesos que es necesario abordardesde el inicio para evitar situaciones no deseadas y dolorosas. Todos somosdiferentes, por lo que este proceso no será el mismo en todos los individuos yvariara en función de sus circunstancias personales, pero lo que sí es cierto esque se produce un cambio en la vida de la persona, por los motivos de ingresoque sean. Se van a producir modificaciones en su ritmo de vida: nuevos horarios, normas, régimen de convivencia, entorno diferente… Son factores comunes a los pueblos y a las ciudades, pero si es cierto que el proceso de adaptación puede ser diferente de un ámbito a otro.
Aunque la idea de poner a la persona en el centro de su proceso de atención, respetar siempre que se pueda sus decisiones, preferencias y opciones personales, «adaptar el centro a las personas y no las personas al centro» resultan elementos clave, también lo es el buscar una definición y un marco técnico que sirva para que este modelo de atención mejore las residencias y la experiencia que viven los residentes.
La definición contemporánea de Dawn Brooker (2004):
Primero, hay que respetar y valorar al individuo como miembro de pleno derecho de la sociedad.
Segundo, hay que elaborar un plan de atención individualizado en sintonía con las necesidades cambiantes de las personas, con nuevos elementos de compensación y de reafirmación a medida que las discapacidades cognitivas aumentan.
Tercero, hay que llegar a comprender la perspectiva de la persona que sufre demencia. ¿Qué sentido le da esa persona a su situación? ¿Qué indicios tenemos sobre esto último?
Cuarto, hay que ofrecer una psicología social de apoyo a fin de ayudar a las personas con demencia a vivir una vida en la que perciban un relativo bienestar.
Así mismo, la atención centrada en la persona también se puede interpretar como un modelo de atención para mejorar la calidad de vida de las personas mayores en situación de fragilidad o dependencia, situando el centro de atención en la persona. Para ello es indispensable definir la calidad de vida. (Fuente: Organización Mundial de la Salud).
Calidad de Vida entendida como la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y el sistema de valores en el que vive, y en relación con sus objetivos, sus expectativas, las normas y sus inquietudes. Influenciado por:
Salud Física
Nivel de independencia
Estado psicológico
Relación con los elementos esenciales de su entorno
Relaciones Sociales
Desde la perspectiva más integral teniendo en cuenta a la Administración Pública, se puede interpretar como un Modelo de intervención, aportando un conjunto de técnicas e instrumentos que facilitan la intervención personalizada y orientada a la persona. La gestión del caso (case malajemente) representa un modelo de intervención para la atención personalizada. Se basa en la necesidad de coordinar los recursos comunitarios en respuesta a las necesidades de las personas:
a) Otorgan a la persona un lugar central
b) Pretenden alcanzar la continuidad en la atención a las personas.
c) Incorporan la figura de un gestor del caso, como coordinador dentro de la red de recursos sociales y sanitarios.
d) Apuestan por el diseño de planes individuales de atención, dónde se establecerán objetivos, actuaciones y evaluación de las intervenciones profesionales.
La atención centrada a la persona no es más que un cambio de perspectiva: no son las personas que se deben adaptar a los centros y servicios sino todo lo contrario, los entes públicos, los centros y servicios se han de adaptar a las personas para respetar así la individualidad y singularidad de cada uno de los usuarios de nuestros servicios.