2.4 HEMORRAGIAS

2.4 HEMORRAGIAS

Se denomina hemorragia a la salida de sangre de los vasos sanguíneos que normalmente la contienen y que la transportan por todo el cuerpo; es decir, una hemorragia es la salida de la sangre fuera de su normal continente, que es el sistema cardiovascular, el cual es un sistema cerrado.

Existen tres tipos de hemorragias, según la salida de sangre :

Externa: se produce cuando la sangre sale de nuestro organismo, a través de una herida en la piel.

Interna: aquella en la que la sangre queda dentro del organismo.

Exteriorizada: la sangre sale a través de los orificios naturales del cuerpo.

Dependiendo del vaso sanguíneo lesionado, las hemorragias se pueden clasificar en

Hemorragia arterial: la sangre es de color rojo brillante (sangre oxigenada). Su salida es abundante y de forma intermitente, como a borbotones, coincidiendo con cada latido del corazón.

Hemorragia venosa: la sangre es de color rojo oscuro o granate (sangre no oxigenada). Su salida es continua, pero sin fuerza, de escasa o abundante cantidad.

Hemorragia capilar: de poca cuantía, se puede controlar fácilmente. Compromete a los vasos sanguíneos superficiales y de fino calibre que irrigan la piel.

La gravedad de una hemorragia va a depender de la cantidad de sangre y de la duración de esta. En este sentido, las hemorragias se pueden clasificar en:

Hemorragia aguda, se pierde gran cantidad de sangre en poco tiempo, siendo muy grave.

Hemorragia crónica, menos grave debido a que el organismo es capaz de adaptarse a ella a través de mecanismos fisiológicos. La cantidad puede ser también grande.

Ante la aparición de hemorragias externas, debemos actuar con prontitud y eficacia ya que, dependiendo del tipo de hemorragia de que se trate, las consecuencias de la misma para el paciente pueden ser muy graves.

Procedimiento: ACTUACIÓN ante HEMORRAGIA EXTERNA

  • Tumbar al paciente en caso de que éste se encuentre de pie, colocándole en una posición cómoda que nos permita trabajar sobre la hemorragia.
  • Descubrir la zona donde se encuentra la lesión para poder hacer una valoración de la herida y tipo de hemorragia.
  • Para controlar la hemorragia, podremos llevar a cabo distintas actuaciones según las características de ésta y el lugar donde se localice su origen:

a) Presión directa. Para controlar cualquier hemorragia activa es necesario aplicar presión directa y fuerte con la parte plana de los dedos sobre un apósito estéril o una tela limpia, aplicando más presión si no se detiene. El apósito puede ser cubierto por un vendaje compresivo. Si éste se satura, se aplicarán encima más apósitos y un nuevo vendaje.

b) Elevación del miembro. Si la hemorragia se encuentra en una de las extremidades, el miembro afecto se elevará por encima del corazón para disminuir la presión en la zona.

c) Presión directa sobre la arteria. Si todavía continúa la hemorragia activa, se podrá aplicar compresión sobre la arteria principal del miembro afectado, presionando ésta con la yema de los dedos o la mano sobre el hueso subyacente. Si el miembro afectado es el superior, se comprimirá la arteria braquial, situada en la cara interna del tercio medio del brazo. En el caso del miembro inferior, se aplicará la compresión en la arteria femoral colocando la palma de la mano en la parte media del pliegue de la ingle. Esta técnica reduce la circulación de todo el miembro; no sólo en la zona de la herida.

d) Torniquete. La utilización de torniquetes está contraindicada, ya que su uso puede provocar lesiones secundarias por isquemia (o falta de riego sanguíneo) de la zona distal por falta de circulación. Su uso debe reservarse para amputaciones en las que, no siendo posible detener la hemorragia de ninguna manera, exista riesgo de exanguinación o desangramiento.

Un torniquete podrá ser colocado fuera del hospital pero nunca se podrá retirar fuera del mismo, aunque la hemorragia haya cesado. Los profesionales médicos que atienden al paciente deberán ser perfectamente informados de la hora en que el torniquete se colocó.

MUY IMPORTANTE.

Antes de iniciar la atención a un paciente con hemorragia, es IMPORTANTE que el profesional se coloque guantes como medida de precaución.

Como profesionales debemos tener en cuenta…

Los síntomas y signos de un shock h¡povolém¡co125, que puede ser producido por una hemorragia importante, ya sea esta externa o interna, pueden ser: confusión o disminución de consciencia, piel fría y sudoración húmeda, palidez, debilidad, respiración rápida, taquicardia con hipotensión e hipotermia.

Así pues, además del control de la hemorragia, debemos controlar las constantes vitales y estar alerta a estos síntomas que indican una situación muy grave para el paciente

2.5 QUEMADURAS

Quemadura es toda lesión local en la piel y en otros tejidos, producida por el calor en cualquiera de sus formas.

Según el agente causante diferenciamos 3 tipos:

  • Térmicas. Se producen como consecuencia de la exposición a una fuente de calor.
  • Químicas. Se producen por contacto con algún agente químico corrosivo.
  • Eléctricas. Son consecuencia del contacto con una corriente eléctrica.

Las quemaduras se clasifican en 3 grados, de menor a mayor profundidad y gravedad:

2.4 HEMORRAGIAS

1er. grado: afecta sólo a la epidermis, que es la capa más externa de la piel. Sus síntomas son el eritema (la piel está enrojecida) y el picor.
2° grado: afecta a la epidermis y la dermis (segunda capa de la piel). Nos encontramos ante la aparición de flictenas o ampollas que contienen un líquido claro.

3er. grado: afectan a las tres capas de la piel (epidermis, dermis e hipodermis), pudiendo afectar también a los músculos, huesos, nervios y vasos sanguíneos. El síntoma principal es la aparición de una escara (tejido cutáneo desvitalizado, sin vida) de color negruzco y formación de una costra, produciendo necrosis o muerte del tejido.

La gravedad de las quemaduras dependerá de los siguientes factores:

  • Su extensión.
  • Su localización.
  • La suciedad que presente.
  • La fragilidad del paciente (niños y ancianos).

Las quemaduras graves pueden producir un shock hipovolémico, del que ya hablamos en al apartado anterior

Como profesionales debemos tener en cuenta…

  • Una quemadura que supere el 15% de la superficie corporal se considera grave.
  • Una quemadura con una superficie superior al 50% de la superficie corporal puede ser mortal.
  • Las quemaduras de tercer grado se consideran graves, independientemente de su extensión.

Nota. A título orientativo, la palma de la mano representa el 1% de la superficie corporal.

2.4 HEMORRAGIAS
Procedimiento: ACTUACIÓN ante QUEMADURA

  • Eliminar la causa que produce la quemadura. Retirar a la persona de la fuente de lesión, evitando la exposición al peligro. Si la ropa está en llamas, se debe evitar que el afectado corra, se arroje al suelo o ruede. El fuego deberá apagarse con mantas o agua.
  • Valorar el estado general del paciente de forma rápida y asegurar el mantenimiento de las constantes vitales.
  • Enfriar la quemadura. Rociar la quemadura con agua fría (no helada) durante 15 minutos; esto alivia el dolor y reduce la tasa de infecciones y el edema.
  • Cubrir las quemaduras con apósitos estériles mojados.
  • Dejar intactas las flictenas o ampollas si las hubiese; son la mejor defensa de la piel ante la agresión sufrida.
  • No retirar la ropa, sobre todo si está adherida a la piel. La única excepción a esta indicación es en el caso de quemaduras químicas, donde sí deberemos intentar retirarla.
  • Retirar anillos, pulseras, relojes para evitar complicaciones derivadas del edema.
  • Tapar al paciente para evitar la pérdida excesiva de calor corporal.
  • Traslado del paciente a un servicio de urgencias.

Si la quemadura es QUÍMICA:

  • Retirar la ropa para evitar el contacto del corrosivo con la piel.
  • Arrastrar el corrosivo con abundante agua durante al menos 20 minutos

2.5 Congelaciones

Son las lesiones producidas en la piel por el frío.

Las zonas más susceptibles a la congelación son las más distales, es decir, los dedos de las manos y los pies, la nariz y las orejas.

Pueden ser leves cuando todavía producen dolor y sensación de quemazón, y pueden ser graves cuando desaparece la sensibilidad, la piel cambia de color hasta pasar a ser negra (necrosis), e incluso llegan a caerse zonas de tejidos.

2.4 HEMORRAGIAS

Fig: Lesiones por congelaciones
Procedimiento: ACTUACIÓN ante CONGELACIÓN

Durante el calentamiento puede presentarse ardor, hinchazón y cambios de color. El calentamiento es efectivo cuando la piel está suave y retorna la sensibilidad.

  • Cubrir con gasas secas y limpias las áreas congeladas, separando los dedos de las manos y los pies afectados y envolverlas con algodón si se dispone de él.
  • Elevar el miembro para evitar el edema.
  • Mover las áreas descongeladas lo menos posible.
  • La recongelación de las áreas descongeladas puede provocar daños más severos, por lo que, si no podemos garantizar que no se produzca, siempre es preferible demorar el proceso inicial de recalentamiento.
  • Trasladar al paciente tumbado y cubierto con mantas a un servicio de urgencia

2.6 INTOXICACIONES

Llamamos intoxicación a la reacción que se produce en el organismo ante la entrada de cualquier producto o sustancia tóxica (veneno) que causa lesión o enfermedad y, en ocasiones, la muerte.

Un producto tóxico es cualquier sustancia sólida, líquida o gaseosa que en una concentración determinada puede dañar a los seres vivos.

El grado de toxicidad varía según la edad, sexo, estado nutricional, vías de penetración y concentración del tóxico. Las intoxicaciones o envenenamientos pueden presentarse por:

  • Dosis excesivas de medicamentos o drogas.
  • Ingesta de venenos.
  • Utilización inadecuada de insecticidas, derivados del petróleo, pinturas o productos de limpieza.
  • Por inhalación de gases tóxicos.
  • Consumo de alimentos en fase de descomposición o de productos caducados.
  • Ingestión de bebidas alcohólicas.

A. Vías de intoxicación.

La intoxicación se puede producir por cuatro vías:

Vía respiratoria o inhalatoria. Se produce por inhalación de gases tóxicos como fungicidas, herbicidas, insecticidas, dióxido de carbono (producido en incendios), monóxido de carbono (producido por mala combustión, por estufas de gas y leña), cloro (depositado en muchas piscinas), bióxido de carbono (de pozos y alcantarillado), así como los vapores producidos por algunos productos domésticos (pegamentos, pinturas y productos de limpieza).

Vía tópica o cutánea. Por absorción o contacto con determinadas sustancias como insecticidas, derivados de plantas, etc.

Vía digestiva o por ingesta. Por ingestión de alimentos en descomposición o caducados, sustancias caústicas y medicamentos.

Vía circulatoria. Por inoculación o introducción de sustancias tóxicas producidas por ciertos animales (picaduras de insectos o reptiles) o por inyección intravenosa de medicamentos (sobredosis, reacción alérgica o medicamentos caducados).

Los signos y síntomas de intoxicación varían según la naturaleza y concentración del tóxico, la edad, el sexo, la sensibilidad de la víctima y la vía de penetración. Las señales pueden ser:

  • Cambios en el estado de conciencia: delirio, convulsiones, pérdida de conocimiento, …
  • Dificultad para respirar y cianosis, que es la coloración azulada de la piel o de las membranas mucosas a causa de una deficiencia de oxígeno en la sangre.
  • Vómito o diarrea.
  • Quemaduras alrededor de la boca, la lengua o la piel si el tóxico ingerido es un cáustico (como la lejía o un limpiador de tuberías).
  • Mal aliento por la ingestión de sustancias minerales.
  • Pupilas dilatadas (o midriáticas) o contraídas (o mióticas).
  • Dolor de estómago.
  • Trastornos de la visión (visión doble o manchas en la visión).
  • Lesiones en la piel y prurito o picor.

En las intoxicaciones es esencial identificar cuanto antes el agente ingerido, inhalado o que ha entrado en contacto cutáneo, así como el tiempo transcurrido y la cantidad. Es importante ponerse en contacto con un centro de toxicología o de emergencias para que, desde allí, se nos indiquen las medidas a tomar.

La provocación de vómitos o ingesta de determinados alimentos (o cualquier otra medida) deberán ser consultados antes de su realización, ya que en determinados casos no están indicadas y son perjudiciales.

Así, la provocación del vómito no es recomendable en los siguientes casos:

  • Si se observan quemaduras en los labios y boca.
  • Si el aliento está enrarecido o fuerte (olor a gasolina, agua fuerte, etc.)
  • Cuando las instrucciones del producto así lo indiquen.
  • Si está inconsciente o presenta convulsiones.
  • Si han transcurrido más de dos horas tras la ingestión del tóxico.
  • Si ha ingerido un producto cáustico (ácido sulfúrico, ácido nítrico, sosa cáustica o potasa).

Procedimiento: ACTUACIÓN ante INTOXICACIÓN

  • Si se sospecha que una persona puede estar intoxicada, se debe tratar de averiguar el tipo de tóxico, la vía de penetración y el tiempo transcurrido.
  • Revisar el lugar para, si es posible, retirar el agente intoxicante y evitar más riesgos.
  • Alejar a la víctima de la fuente de envenenamiento, si es necesario.
  • Revisar el estado de consciencia y verificar si la víctima respira y si tiene pulso.
  • Si está consciente, conviene formularle preguntas sobre cómo se ha intoxicado y con qué para tener mayor información, la cual será de gran utilidad a los facultativos que habrán de tratarle.
  • Aflojar la ropa si está apretada, pero manteniendo a la persona abrigada.
  • Si presenta quemaduras en los labios o en la boca, aplicar abundante agua fría.
  • Si presenta vómito, es necesario recoger una muestra de éste para que pueda ser analizado.
  • Mantener las vías respiratorias libres de secreciones.
  • Se debe colocar al paciente en posición de seguridad o boca abajo, para evitar que el veneno vomitado sea ingerido nuevamente o pase a las vías respiratorias.
  • Posteriormente, se deben buscar y llevar los recipientes que estén cerca de la víctima a una institución de salud para que su contenido sea analizado. Generalmente, cerca de la víctima se encuentra el recipiente que contiene la sustancia tóxica.
  • Si el profesional está seguro del tipo de tóxico que ha ingerido, se debe llamar a un centro de toxicología o emergencias para recibir instrucciones. Si está indicado, se provocará el vómito, introduciendo el dedo o el cabo de una cuchara hasta tocar la úvula (campanilla) del paciente.

Procedimiento: ACTUACIÓN ante INTOXICACIÓN por VÍA RESPIRATORIA

  • Si es posible, cerrar la fuente que produjo la intoxicación.
  • Retirar a la víctima del agente causal.
  • Abrir ventanas y puertas para airear el recinto.
  • Quitar la ropa que está impregnada de gas y cubrir al paciente con una manta.
  • Evitar encender cerillas o accionar el interruptor de la luz.
  • Vigilar los signos vitales (shock).
  • Ante PCR, realizar maniobras de RCP.
  • Trasladar al paciente a un servicio de urgencias.

Procedimiento: ACTUACIÓN ante INTOXICACIÓN por VÍA TÓPICA O CUTÁNEA

  • Ponerse guantes y evitar que la propia piel entre en contacto con la ropa de la víctima, porque podría intoxicarse también.
  • Colocar a la víctima aún vestida debajo del chorro de agua, para eliminar la sustancia tóxica.
  • Retirar la ropa mojada y continuar bañando al paciente con abundante agua y jabón.
  • Si hay lesión, se debe tratar como una quemadura.
  • Vigilar los signos vitales y mantener las vías respiratorias libres.
  • Trasladar al paciente a un centro hospitalario.

Procedimiento: ACTUACIÓN ante INTOXICACIÓN por VÍA DIGESTIVA o por INGESTA

  • Inducir al vómito únicamente en caso de ingestión de alcohol metílico o etílico y alimentos en descomposición, siempre y cuando el paciente no tenga alteraciones de consciencia y conozcamos con seguridad el agente ingerido.
  • Si se conoce el agente causante y se realiza una llamada al centro de toxicología, probablemente se den indicaciones concretas sobre algún alimento cuya ingesta sea beneficiosa y pautas a seguir.
  • Vigilar los signos vitales. Si hubiese PCR, es necesario realizar maniobras de RCP.
  • Si la víctima presenta algún vómito, intentar recogerlo para que pueda ser analizado.
  • Trasladar la víctima a un centro asistencial.

Como profesionales debemos tener en cuenta…

En las intoxicaciones es esencial…

– identificar cuanto antes el agente que la ha causado;

– el tiempo transcurrido desde que entró en el organismo;

– la cantidad de tóxico que ha penetrado;

– ponerse en contacto con un centro de toxicología o de emergencias. Debemos recordar que provocar el vómito o hacer que el paciente ingiera determinados alimentos son actuaciones que deberán ser consultadas antes de su realización.

NORMAS GENERALES para contemplar para la PREVENCIÓN de INTOXICACIONES.

Para evitar intoxicaciones es importante la prevención. Por lo tanto, se recomienda tener en cuenta los siguientes aspectos:

Los productos químicos deben guardarse en sitios que tengan una buena ventilación, fuera del alcance de personas no capacitadas y debidamente rotulados.

No colocar productos químicos en envases diferentes al de su envase original. Si se hace, el nuevo contenedor debe estar bien rotulado.

No poner productos tóxicos en botellas de bebidas, ya que puede dar lugar a confusión.

Los medicamentos deben guardarse en un botiquín para su control y nunca en la mesita de noche.

Leer bien la etiqueta de los productos o prospectos de los medicamentos antes de utilizarlos y seguir las instrucciones.

Cuidar el consumo de productos alimenticios y medicamentos caducados o en mal estado
Lavarse bien las manos después de la utilización de productos químicos