6. Prevención de riesgos laborales en las tareas de deambulación, traslado y movilización.

6. Prevención de riesgos laborales en las tareas de deambulación, traslado y movilización.

En la manipulación de enfermos interviene el esfuerzo humano de forma directa (levantamiento) o indirecta (empuje, tracción o desplazamiento).

La manipulación manual de un cuerpo pesado es responsable, en muchos casos, de la aparición de fatiga física e, incluso, de lesiones que se pueden producir de una forma inmediata o por acumulación de pequeños esfuerzos o traumatismos aparentemente sin importancia.

En el medio sanitario ocurren una gran cantidad de accidentes laborales, siendo éstos generalmente debidos a sobreesfuerzos por mala praxis (práctica), caídas al mismo o distinto nivel, golpes o heridas por objetos y herramientas, etc.

Las lesiones musculoesqueléticas se pueden producir en cualquier zona del cuerpo, si bien en el ámbito sanitario son más propensos a estas lesiones los miembros superiores y la espalda, en especial la zona dorsolumbar. Las lesiones dorsolumbares incluyen la lumbalgia, las hernias discales e, incluso en algunos casos, las fracturas vertebrales por sobreesfuerzos. Las lesiones en los miembros superiores (hombros, brazos, antebrazos y manos) más frecuentes son heridas, contusiones, esguinces, etc.

A. Factores de riesgo para los profesionales en las tareas de deambulación, traslado y movilización

Algunos de los factores de riesgo presentes entre los profesionales de las instituciones sanitarias debido a la aplicación de técnicas para deambulación, traslado y movilización de pacientes son:

  • Manipulación manual de cargas. La movilización de pacientes en entornos sanitarios constituye un factor de riesgo para las lesiones de espalda. Las mujeres suelen ser más sensibles a éstas debido a sus características morfológicas de menor peso, menor talla corporal, menor fuerza muscular, etc. Los riesgos físicos se concretan en el manejo de cargas pesadas durante largos períodos de tiempo, o bien en períodos cortos, pero de manera repetida, como es habitual en la movilización de enfermos. El estrés físico del levantamiento de cargas se ve afectado por la frecuencia con la que se lleva a cabo dicha tarea. Muchas veces, el problema aumenta cuando manipulamos pesos superiores al máximo tolerable por cada profesional, debido en la mayoría de los casos a la falta de personal o medios. El manejo de cargas pesadas está relacionado con la producción de trastornos en la columna vertebral, como contracturas vertebrales, esguinces, hernias discales e, incluso, procesos degenerativos de artrosis.
  • Mala higiene postural, La mala higiene postural, tanto estática (sentados o de pie, sin movimiento) como dinámica (en movimiento), constituye un problema presente diariamente en el ámbito sanitario, no sólo a la hora de movilizar enfermos sino también a la hora de realizar cualquier procedimiento técnico. Una buena formación e información es indispensable para evitar lesiones por posturas viciadas.
  • Movimientos forzados. Los movimientos forzados de la espalda, con o sin carga, pueden llevar al límite a los mecanismos de protección y compensación, pudiendo lesionar las articulaciones y los ligamentos y provocar contracturas musculares.
  • Sedentarismo y debilidad muscular. La debilidad muscular debida al sedentarismo o falta de actividad física apropiada supone un factor de riesgo añadido a los intrínsecos de las tareas de movilización. La musculatura de la espalda ha de ser fuerte para poder afrontar las demandas de esta actividad pero, además, es fundamental que la abdominal y los cuádriceps estén en condiciones adecuadas para ayudar en este esfuerzo.
  • Movimientos imprevistos. El paciente, en ocasiones, realiza movimientos bruscos no previstos que los sanitarios tienen que asumir en el intento de evitar posibles lesiones o caídas cuando presentan problemas de movilidad. Se produce, así, por parte de los cuidadores, un sobreesfuerzo rápido y la adopción de posturas que no son adecuadas.

B. Medidas preventivas para los profesionales en las tareas de deambulación, traslado y movilización

Existen una serie de medidas preventivas que ayudarán a los profesionales a evitar lesiones a corto, medio y largo plazo por manipulación de cargas. Estas son:

6. Prevención de riesgos laborales en las tareas de deambulación, traslado y movilización.

Ejercicio físico. Deberemos considerar individualmente el ejercicio físico necesario para cada trabajador en función de sus características personales, aptitudes o carencias, para conseguir de esta forma una musculatura fuerte y en forma que ayude en el desempeño de nuestra actividad profesional. Tendremos en cuenta que el ejercicio físico mal ejecutado puede ser también perjudicial.

B.2. Organización y distribución del trabajo. Es importante la planificación y organización de las tareas que se van a realizar, de forma que se puedan disponer los recursos humanos y los medios técnicos necesarios para efectuar cada movilización.

B.3. Higiene postural. La mayoría de las lesiones por manipulación de cargas se producen por desconocimiento de una serie de reglas básicas de higiene o mecánica corporal. Así pues, es importante mantener la espalda recta, flexionar las rodillas, tener una amplia base de apoyo, adecuar la altura de la zona en la que estamos trabajando, etc.

B.4. Técnicas de movilización de pacientes. Al igual que es necesario conocer las reglas básicas de la mecánica corporal también lo será la definición de técnicas para la movilización de acuerdo con el grado de movilidad del paciente y sus necesidades concretas de cambios posturales o de otros procedimientos para su adecuada atención (por ejemplo, higiene: cambio de pañal, cambio de ropa de cama, etc.).

Ayudas técnicas para la deambulación, traslado y movilización en personas dependientes.

El Catálogo de Productos de Apoyo del Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas recoge una descripción, por categorías y niveles, de los «productos de apoyo para la movilidad personal”, que se clasificarían de la siguiente forma:

Productos de apoyo para caminar manejados por un brazo

– Bastones. – Muletas de codo. – Muletas de antebrazo.

– Muletas axilares. – Bastones con tres o más patas. – Bastones con asiento.

Productos de apoyo para caminar manejados por ambos brazos

– Andadores sentado – Andadores con ruedas. – Andadores para caminar.

– Andadores con apoyo para la parte superior del cuerpo.

Accesorios para los productos de apoyo para caminar

– Sujeta-bastones. – Conteras.

Sillas de ruedas de propulsión manual

  • Sillas de ruedas bimanuales y bimanuales manejadas por medio de palancas.
  • Sillas de ruedas manuales, de conducción mono-lateral y de propulsión asistida.
  • Sillas de ruedas manejadas por el pie.
  • Sillas de ruedas manuales manejadas por asistente.

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  • Sillas de ruedas manuales de propulsión asistida manejadas por asistente. Sillas de ruedas de propulsión motorizada
  • Sillas de ruedas con motor eléctrico y dirección manual.
  • Sillas de ruedas con motor eléctrico y dirección eléctrica.
  • Sillas de ruedas con motor de combustión.
  • Sillas de ruedas motorizadas manejadas por asistente.

Accesorios para sillas de ruedas

  • Sistemas de dirección y de control.
  • Unidades de propulsión.
  • Luces.

Incluye, también, productos de apoyo para coches, motocicletas y ciclomotores, triciclos, …

A continuación, describiremos de forma genérica algunos de estos productos, a los podríamos también llamar elementos de apoyo :

Bastones: su longitud es un elemento fundamental para favorecer su eficacia y uso en condiciones de seguridad, debiendo ésta adaptarse a la distancia entre la muñeca y el suelo. Son aconsejables los que permiten el ajuste en altura. Se recomiendan los que poseen tres o cuatro pies -para aumentar la estabilidad- y cuentan con un tope de goma en la base de los mismos para evitar deslizamientos. En cuanto a las empuñaduras, existe una gran variedad.

Muletas: se utilizan para facilitar el apoyo de una pierna o para suplir la ausencia de esta extremidad. Suelen ser de aluminio y regulables en altura. Existe una gran variedad de empuñaduras y cogidas al brazo. También deben contar con una base de goma para evitar deslizamientos.

Andadores: se usan cuando el paciente presenta dificultad en la estabilidad por tener poco equilibrio o debilidad en los miembros inferiores. Proporcionan soporte y estabilidad en la bipedestación (mantenerse de pie) y deambulación. Normalmente, son de cuatro patas y con gomas antideslizantes o con ruedas. Pueden ser plegables.

También existen otras herramientas que facilitan el traslado de personas con escasa movilidad entre diferentes lugares (ej. cama-sillón, cama-aseo,…) y que son principalmente una ayuda para el cuidador. Es el caso de los siguientes elementos:

Bandas o cojines de transferencia: son fundas de almohadas con dos asas que permiten al cuidador tirar del paciente para movilizarlo sin que ni éste ni el profesional corran riesgos de caída o lesión.

Tablas de transferencia: son láminas resistentes que se colocan debajo del paciente para realizar transferencias seguras y reduciendo el esfuerzo a realizar por el profesional.

Grúas de movilización: permiten la transferencia de personas con gran dificultad de movilidad de un lugar a otro. Existen diversos tipos, como las eléctricas, las hidráulicas o las de eslingas, que cuentan con un arnés o con cintas que se utilizan para la elevación del paciente. El modo de usarlas requiere conocimientos y destreza del cuidador respecto a dos procesos:

  1. Colocación del arnés y 2. Movilización del paciente.

Procedimiento: COLOCACIÓN del ARNÉS (para realizar una MOVILIZACIÓN con GRÚA)

Para realizar este procedimiento, el paciente deberá partir de la posición de decúbito supino o de la posición de sentado.

  1. Desde la posición de decúbito supino.
  • Girar al paciente a decúbito lateral.
  • Remeter el arnés hasta la mitad del cuerpo por debajo de la espalda.
  • Girar al paciente hacia el lado contrario y terminar de colocar el arnés debajo de su espalda.
  • Anclar el arnés a la grúa por la zona de la cabeza del paciente.
  • Pasar las cintas por debajo de las piernas del paciente y anclarlas a los ganchos de la grúa, de forma que la cinta de pierna derecha quede sujeta al gancho izquierdo; y la cinta de pierna izquierda, al gancho derecho; esto colocará al paciente en una postura más aproximada a la posición de sentado.
  1. Desde la posición de sentado…
  • Pasar el arnés por la espalda del paciente, de arriba a abajo.
  • Anclar la parte de arriba del arnés en la grúa.
  • Pasar las cintas de las piernas por debajo de ellas y anclarlas en los ganchos de la grúa, según el procedimiento descrito en el punto inmediatamente anterior.

6. Prevención de riesgos laborales en las tareas de deambulación, traslado y movilización.
MUY IMPORTANTE

Durante la realización de todo este proceso, preservaremos cuidadosamente y en todo momento la intimidad del paciente.

Ver video: colocación arnés

Procedimiento: MOVILIZACIÓN de pacientes CON GRÚA

  • Es necesario preparar al paciente para el proceso que vamos a realizar informándolo adecuadamente y pidiéndole que colabore, si le es posible.
  • Frenar la cama y colocarla en posición horizontal.
  • Retirar todo objeto que pudiera dificultar las maniobras a realizar a continuación.
  • Colocar el arnés y anclarlo a la grúa.
  • Elevar la grúa a una altura suficiente para evitar que el paciente pueda golpearse de forma accidental
    con la cama o algún otro objeto.
  • Abrir las patas de la grúa para aumentar la estabilidad de ésta durante el traslado.
  • Colocar al paciente en la grúa asegurándonos muy bien de que se encuentra adecuadamente sujeto y de que se cumplen todas las medidas de seguridad.
  • Movilizar la grúa con el paciente lentamente de un lugar a otro.
  • Colocar al paciente en su nuevo destino descendiendo la grúa lenta y cuidadosamente.

MUY IMPORTANTE

Durante la realización de todo este proceso, preservaremos cuidadosamente y en todo momento la intimidad del paciente.

La grúa nos permite movilizar al paciente que requiere ayuda total con menor esfuerzo para el personal y una mayor seguridad.

MUY IMPORTANTE

La puesta en práctica de esta técnica CONLLEVA RIESGO DE CAÍDA DEL PACIENTE.

El cuidador SOLAMENTE realizará una movilización del paciente con grúa si está completamente seguro de contar con los CONOCIMIENTOS y DESTREZAS necesarios para llevar a cabo este procedimiento de forma satisfactoria y en CONDICIONES de MÁXIMA SEGURIDAD para el PACIENTE.

Ver video:

6. Prevención de riesgos laborales en las tareas de deambulación, traslado y movilización.

Como profesionales debemos tener en cuenta…

El cuidador SOLAMENTE realizará una movilización del paciente con grúa de movilización si está completamente seguro de contar con los CONOCIMIENTOS y DESTREZAS necesarias para llevar a cabo este procedimiento de forma satisfactoria y en CONDICIONES de MÁXIMA SEGURIDAD.

La puesta en práctica de esta técnica conlleva riesgo de caída del paciente

La silla de ruedas es una herramienta muy útil para grandes desplazamientos en personas con problemas de movilidad en distintos gados, así como en personas con importantes dificultades en ambas extremidades inferiores. Existe gran variedad de sillas, indicadas para distintos grados de dependencia del paciente.

Es muy importante tanto la postura como la comodidad, sobre todo en usuarios permanentes de silla de ruedas. Por ello es conveniente adaptar la silla a las necesidades individuales de cada usuario y lograr:

Postura en la silla de ruedas:

  • Sentarse sobre una pelvis estable.
  • Una buena alineación de la columna.
  • Un buen equilibrio.
  • Prevenir las úlceras por presión.
  • Mantener la función respiratoria.
  • Facilitar la movilidad de los brazos.
  • Facilitar el trabajo de los acompañantes.

Podemos también señalar otra serie de herramientas que facilitan el encamamiento, aumentando la comodidad y disminuyendo lesiones en pacientes con alto grado de dependencia; son las siguientes:

Cama articulada: camas que adoptan distintas posiciones, regulables en altura y con movilidad de cabecero y piecero. Pueden ser de mando eléctrico o manual y suelen disponer de barandillas protectoras laterales.

6. Prevención de riesgos laborales en las tareas de deambulación, traslado y movilización.
Colchón antiescaras: su función es disminuir la presión que el encamamiento continuado genera en las zonas del cuerpo del paciente donde se produce el apoyo; así, favorece un mejor flujo de la sangre y previene la aparición de úlceras por presión. Además, se adapta muy bien a la cama y facilita la realización de cambios de postura. Los colchones antiescaras pueden ser de aire, de agua y de espuma.

Como profesionales debemos tener en cuenta…

Para poder lograr un fomento de la autonomía de las personas dependientes, las instituciones deben tener el medio adaptado a las necesidades de los pacientes, no debiendo existir barreras arquitectónicas que obstaculicen su deambulación, permitiendo así que conserven un cierto nivel de independencia.

Esto requiere una serie de modificaciones en el entorno que posibiliten la realización de las actividades de la vida diaria por parte del usuario, las cuales deberán en todos los casos ser tenidas en cuenta por las instituciones para una mayor accesibilidad, movilidad y seguridad de los residentes, siendo un complemento perfecto a las ayudas técnicas necesarias en función de cada paciente ya explicadas anteriormente