Control de las condiciones ambientales

Control de las condiciones ambientales

Florence Nightingale (1820-1910) enfermera inglesa, madre de la enfermería moderna y considerada la fundadora de las escuelas de enfermeras profesionales, fue la creadora de un modelo de enfermería basado en la acción del medio ambiente sobre los individuos. El objetivo de su modelo era conservar la energía vital del paciente gracias a la acción que ejerce la naturaleza sobre los individuos, colocándolos en la mejor situación posible para que ésta actúe sobre ellos. Creía que un entorno saludable era fundamental para aplicar unos adecuados cuidados de enfermería y estableció cinco puntos esenciales para asegurar la salubridad de las viviendas: aire puro, agua pura, desagües eficaces, limpieza y luz. En resumen, unas buenas condiciones higiénico-ambientales para evitar la enfermedad.

Es importante que la habitación del paciente tenga unas condiciones higiénicas adecuadas que la hagan más cómoda y segura. Deberá ser espaciosa, tranquila, aireada, soleada, limpia y ordenada.

Control de las condiciones ambientales

3. Luminosidad

La iluminación más adecuada es la solar, ya que tiene propiedades curativas, desinfectantes, térmicas,etc.

Para tener una buena iluminación la habitación debe contar con una ventana amplia que ocupe la cuarta parte de la superficie del suelo de la habitación.

La iluminación eléctrica será un complemento de la luz natural. Deberá ser indirecta y uniforme (para no deslumbrar al paciente), produciendo una sensación cálida y agradable.

Por la noche, debe permanecer encendida una luz testigo o piloto para que la habitación no quede totalmente a oscuras y se pueda visitar al paciente por la noche sin despertarlo.

Los interruptores deben estar accesibles, con señalización de encendido y apagado, claro y sencillo.

Las instalaciones eléctricas antiguas deben revisarse periódicamente y no demorar los arreglos en las que los necesiten.

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4. Temperatura

Se debe intentar que la habitación permanezca a una temperatura ambiental entre 20º y 22º C que se regulará de manera centralizada, con termostatos en cada habitación o bien por radiadores o climatizadores. Con todo ello, conseguiremos adecuar la temperatura a la época estacional, lograr una determinada humedad, etc.

Es importante que se realice el mantenimiento y limpieza de los sistemas de control de la temperatura con el mayor rigor posible, ya que con gran facilidad se producen contaminaciones de los sistemas de refrigeración, sobre todo por Legionella. (El hábitat natural de este microorganismo es el agua, donde puede mantenerse y multiplicarse con facilidad; además, es capaz de resistir temperaturas de hasta 60°C, lo que hace que los persona usuarias de alto riesgo puedan adquirir la enfermedad a través de esta fuente de infección.)

La temperatura ambiente puede variar en función del lugar o zona de la institución en que nos encontremos. Las variaciones pueden oscilar entre los siguientes intervalos:

Control de las condiciones ambientales

Zona     Temperatura en °C

Pasillos20–21

Habitación de la persona usuaria20–23

Zonas comunes 21–23

5. Ventilación

Es muy importante que la habitación esté bien aireada, con el objetivo de renovar el aire viciado y los malos olores.

El sistema más rápido, efectivo y barato es abrir las ventanas de la habitación durante cortos períodos de tiempo varias veces al día Si no es posible que el paciente abandone la habitación durante ese tiempo, le cubriremos bien con ropa de abrigo (p.e. manta) para evitar que se enfríe.

Otro sistema de ventilación adecuado lo proporciona el aire acondicionado, cuyos niveles de humedad, velocidad y temperatura pueden ser controlados.

Las impurezas habituales que se encuentran en el aire son gases, partículas de polvo y microorganismos.

Las enfermedades respiratorias pueden diseminarse mediante estas impurezas. En las habitaciones debe protegerse a las persona usuarias contra la infección mediante la aplicación de técnicas de aislamiento, liberación del polvo, buena ventilación y amplio espacio entre las camas.

6. Ruido

Los investigadores han demostrado que el ruido ambiental, expresado en decibelios (dB), tiende a producir fatiga física y trastornos nerviosos o emocionales.

La habitación debe ser un lugar libre de ruidos donde el paciente pueda hallar tranquilidad y descanso.

Los ruidos pueden provocar irritabilidad, especialmente en pacientes con fiebre, cirugías recientes o alteraciones nerviosas.

En este sentido, también debe ser controlado el régimen de visitas en cuanto a horarios, volumen al hablar,…

La utilización de aparatos de radio y televisión será posible sólo con volumen muy bajo a partir de determinadas horas.

El nivel tolerable de ruidos en el ambiente, en términos generales, éste no debe ser superior a los 25 dB.

Para evitar la producción de ruidos, es importante que el personal sanitario cumpla con las siguientes normas:

  • Respetar los carteles de recomendación de «Silencio».
  • Hablar en tono moderado, nunca a gritos o en tono de voz alto, ni con risas llamativas o escandalosas.
  • No permitir que en las habitaciones se escuche la TV o la radio con un volumen elevado.
  • Controlar la utilización de los teléfonos móviles.
  • No golpear puertas al entrar o salir de la habitación.
  • Desplazar el mobiliario suavemente y sin arrastrarlo.
  • Utilizar calzado de suela flexible o de goma para evitar desplazamientos ruidosos (taconeo).
  • Realizar el transporte de las camas, sillas de ruedas, carros, pies de goteo, etc., con cuidado, evitando hacer ruido o golpear las paredes, muebles o las puertas.

Es importante, siempre que sea posible, que a las visitas se les recomiende el cumplimiento de estas normas.