Gran parte de las personas internadas en los centros o instituciones sanitarias suelen tener disminuidas sus capacidades debido a enfermedades, a procesos degenerativos o su avanzada edad, por lo que pueden necesitar ayuda para su movilización, traslado o deambulación. De esta forma, requieren de asistencia por parte de sus cuidadores para realizar movimientos (incluso los más imprescindibles), los cuales deben ser ejecutados siguiendo las normas establecidas para evitar daños, disminuir riesgos y favorecer la comodidad.
El conocimiento de principios anatómicos básicos, así como de diferentes posiciones y técnicas de movilización serán necesarios para la realización de un trabajo adecuado en este ámbito.
- Principios anatomofisiológicos de sostén y movimiento del cuerpo humano. Patología más frecuente. Biomecánica de las articulaciones.
El cuerpo humano es una complicada y perfecta estructura que contiene más de 200 huesos, un centenar de articulaciones y más de 650 músculos actuando coordinadamente. Gracias a este trabajo conjunto, podemos mantener la postura, desplazarnos y realizar múltiples acciones.
Se denomina aparato locomotor al conjunto de órganos (huesos, articulaciones, ligamentos, músculos y tendones) que permiten el movimiento o locomoción del cuerpo, así como el mantenimiento de su equilibrio. Este aparato, también, da forma y sostén al cuerpo, protege los órganos vitales y permite el movimiento voluntario en respuesta a las órdenes recibidas del sistema nervioso
La composición de cada órgano es muy diferente:
- Los huesos están formados por una sustancia dura de calcio y fósforo principalmente y proporciona la rigidez.
- Los músculos están formados por tejidos blandos y elásticos, lo que les permite estirarse y contraerse.
- Los tendones están formados por tejidos muy resistentes que unen los músculos a los huesos.
- Los ligamentos están constituidos de tejidos muy resistentes que impiden que los huesos se desplacen en las articulaciones
Para explicar el aparato locomotor más detalladamente lo dividiremos en 3 grandes sistemas:
- El sistema óseo.
- El sistema muscular.
- El sistema articular.
A. Sistema óseo.
El sistema óseo está formado por un conjunto de estructuras sólidas compuestas básicamente por tejido óseo, que se denominan huesos. El tejido óseo es un tejido conjuntivo especializado en constante cambio formado por distintas células (osteocitos, osteoblastos y osteoclastos) y una sustancia intercelular densa (con cristales de calcio). Es muy consistente, resistente a los golpes, presiones y tracciones, pero también elástico y capaz de proteger órganos vitales (corazón, pulmones, cerebro, etc.) y permitir el movimiento.
Los huesos constituyen, junto con los cartílagos, el esqueleto humano. En Biología, un esqueleto es toda estructura rígida o semirrígida que da sostén y proporciona la morfología o forma básica del cuerpo.
Las funciones básicas del esqueleto son:
Función de sostén: el esqueleto constituye un armazón rígido donde se apoyan y fijan las demás partes del cuerpo; especialmente, los ligamentos, tendones y músculos que, a su vez, mantienen en posición los demás músculos del cuerpo.
Locomoción: los huesos son elementos pasivos del movimiento, pero, en combinación con los músculos, permiten el desplazamiento, ya que les sirven de punto de apoyo y fijación.
Protección: en muchos casos protegen los órganos delicados, como en el caso de los huesos del cráneo, que constituyen un excelente armazón para el encéfalo; la columna vertebral y las costillas protegen al corazón y los pulmones; las cavidades orbitarias protegen a los ojos; la columna vertebral protege la médula espinal, etc.
Hematopoyesis: los huesos largos albergan la médula ósea roja, un tejido donde se producen los glóbulos rojos y, en menor cantidad, linfocitos y monocitos.
Reservorio: también almacenan sales minerales.
Los huesos pueden clasificarse, teniendo en cuenta su forma externa y tamaño, en:
– Huesos largos. Son aquellos en los que predomina el largo sobre el ancho. Presentan aspecto cilíndrico y alargado. Entre ellos se incluyen los huesos de las extremidades como fémur, húmero, tibia, etc. Se componen de:
- Epífisis: son los extremos del hueso. Suelen ser anchas y voluminosas para facilitar la articulación. Están formadas por tejido óseo esponjoso y recubiertas – Diáfisis: cuerpo o parte central de los huesos. Presenta aspecto cilíndrico o tubular. Está compuesta por tejido óseo compacto que rodea la cavidad medular, donde se encuentra la médula ósea.
- Metáfisis: es la zona de separación entre epífisis y diáfisis, donde se produce el crecimiento longitudinal de los huesos. Está formada por tejido óseo esponjoso y una placa cartilaginosa.
– Huesos cortos. Son aquellos en los que no predomina ninguna de las dimensiones. Presentan un aspecto cúbico o cilíndrico y son pequeños. Están formados por tejido óseo esponjoso y médula y rodeados de tejido óseo compacto. Entre ellos se incluyen las vértebras, los huesos del carpo de la mano y del tarso de los pies.
– Huesos planos. Suelen ser de forma plana, delgados y de aspecto curvo. Están formados por una capa de tejido óseo compacto, relleno de tejido óseo esponjoso y médula, como los huesos cortos. Entre ellos incluimos: huesos del cráneo, costillas, crestas ilíacas, etc.
En la Tabla presentamos una clasificación y las principales características de uno de los tipos de huesos.
Tipos de huesos | Características principales | Composición |
Huesos largos | Predomina el largo sobre el ancho. Aspecto cilíndrico y alargado. Algunos de huesos de las extremidades: fémur, húmero, tibia, etc. | Epífisis: son los extremos del hueso. Anchas y voluminosas. Composición: tejido óseo esponjoso y recubiertas de cartílago articular. Diáfisis: cuerpo o parte central de los huesos. Aspecto cilíndrico o tubular. Composición: tejido óseo compacto alrededor de la cavidad medular. Metáfisis: zona de separación entre epífisis y diáfisis. Aquí se produce el crecimiento longitudinal de los huesos. Composición: tejido óseo esponjoso y una placa cartilaginosa. |
Huesos Cortos | Aspecto cúbico o cilíndrico y son pequeños. Incluyen: vértebras, algunos huesos de la mano y del tarso de los pies. | Composición: tejido óseo esponjoso y médula; rodeados de tejido óseo compacto. |
Huesos planos | Suelen ser de forma plana, delgados y de aspecto curvo. Entre ellos incluimos: huesos del cráneo, costillas, crestas ilíacas, etc. | Composición: capa de tejido óseo compacto, relleno de tejido óseo esponjoso y la médula |
Para un estudio más comprensible del esqueleto humano, lo dividiremos en tres grandes partes o regiones, que son la cabeza, el tronco y las extremidades.
A. Huesos de la cabeza.
Son una serie de huesos planos e irregulares unidos entre sí y con nula capacidad para el movimiento, a excepción de los huesos de la mandíbula. Suman un total de 22 huesos.
A1. Huesos del cráneo: son los encargados de proteger el encéfalo y otras estructuras como los ojos y oídos. Son ocho huesos: 1 frontal, 2 parietales, 2 temporales, 1 occipital, 1 etmoides y 1 esfenoides.
A2. Huesos de la cara: unidos a los huesos del cráneo, delimitan la cavidad craneal. Son catorce huesos: 2 nasales, 2 maxilares superiores, 2 palatinos, 2 cigomáticos o malares, 2 lacrimales, 1 vómer, 2 cornetes inferiores y 1 maxilar inferior.
B. Huesos del tronco
Encargados de proteger los pulmones, el corazón y el resto de estructuras de la cavidad torácica, son un total de 58 huesos.
B1. Columna vertebral: está situada en la línea media posterior del cuerpo y constituye el eje del mismo. Se extiende desde la base del cráneo hasta la región coxígea o coxis, sirviendo de fijación a las costillas y protegiendo la médula espinal. Está constituida por 33 vértebras. Unidas entre sí por discos cartilaginosos invertebrales, que se dividen en 7 vértebras cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares, 5 sacras y 4 coxígeas.
B2. Las costillas’, son huesos largos arqueados y planos que se articulan por detrás del cuerpo con la columna vertebral y por delante con el esternón. Son doce pares, de los cuales los siete primeros forman las costillas verdaderas, unidas directamente al esternón. Los tres siguientes constituyen las costillas falsas, ya que no se unen al esternón sino a los cartílagos de las séptimas costillas verdaderas. Los dos últimos pares reciben el nombre de costillas flotantes; no están unidas al esternón y quedan libres por su parte anterior.
B.3. Esternón: es un hueso plano situado por delante o en la cara anterior del tórax, en la línea media del cuerpo. Se compone de tres partes: manubrio (parte superior), cuerpo (parte intermedia) y apéndice xifoides (parte inferior). En el esternón se apoyan las dos clavículas y los diez primeros pares de costillas.
C. Huesos de las extremidades superiores e inferiores
Huesos del hombro: conforman la llamada cintura escapular, que está formada por clavícula y omóplato o escápula. La clavícula es un hueso en forma de S situado en la región anterior y superior del tórax y unido al esternón y al omóplato. El omóplato es un hueso plano situado en la cara posterior del tórax.
Hueso del brazo: formado por un solo hueso, el húmero, que articula o se une con el omóplato y el radio.
Huesos del antebrazo: son dos huesos, el cubito y el radio. El radio es más corto que el cúbito. Puede girar sobre éste, produciendo los movimientos de pronación y supinación (palma de mano hacia arriba y hacia abajo).
Huesos de la mano: la forman 27 huesos y está dotada de gran movilidad. Diferenciamos 3 regiones:
a) Carpo: 8 pequeños huesos dispuestos en dos filas, que constituyen la muñeca.
b) Metacarpo: 5 huesos que forman la palma de la mano.
c) Dedos: formados por 3 huesos cada uno (falange, falangina, falangeta), excepto el pulgar que sólo consta de dos (falange y falangeta).